70 años construyendo confluencias en la sociología latinoamericana y caribeña

70 años construyendo confluencias en la sociología latinoamericana y caribeña

La Asociación Latinoamericana de Sociología (ALAS) celebra en este insólito 2020 sus setenta años de existencia en un momento histórico con pocos precedentes en la historia de la humanidad. La actual pandemia global ha exacerbado asimetrías históricas en nuestra región y nos desafía de múltiples maneras, dado que América Latina y el Caribe son el epicentro de la pandemia. La Covid-19 dejó ver con nitidez la profunda injusticia y la debilidad de los sistemas de protección social, pero también cómo nuestra estructura social profundamente desigual ha sido un terreno fértil para que esta crisis se agudice aún más. En estos momentos, hay mucho en juego: la vida y el presente y futuro de nuestras sociedades.

Frente a este escenario, ALAS refuerza su compromiso con los sectores, las poblaciones y los territorios más afectados por la pandemia y apuesta, como ya lo hecho tantas veces, por una sociología al servicio de los pueblos. ALAS surgió en el año 1950 con la misión de ser un actor clave en la institucionalización de la sociología en la región, a la vez que buscaba internacionalizar los debates y diagnósticos. El contexto del posguerra fue un momento de amplios cambios demográficos y de expansión política y económica global, con los retos que implicaban las reconfiguraciones geopolíticas, la inserción periférica de América Latina en el mundo y los procesos de urbanización. Vinieron luego décadas de intensa conflictividad con luchas revolucionarias, pero también con vientos autoritarios que afectaron a nuestros países entre las décadas de 1960 y 1990. Entre la persecución y el exilio, ALAS se consolidó como uno de los principales espacios regionales de confluencias para seguir construyendo ciencia y ciudadanía.

En seguida, las transiciones políticas, en sus diferentes formatos, también estuvieron acompañadas por este foro continental, con vivas reflexiones sobre la democracia. La democratización política, sin embargo, no caminó de forma conjunta con la tan anhelada democratización social, ni tampoco fue un proceso generalizado. Por un lado, los conflictos armados se expandieron en Centroamérica, Colombia y Perú, generando una dinámica de guerras ante las cuales ALAS siempre apostó por plantear diálogos y alternativas de paz. Por otro lado, la imposición del modelo neoliberal a partir de los años 1990 en todo el continente implicó un fuerte deterioro en el ámbito laboral, una profundización de las desigualdades y un mayor financiarización de la economía. Mientras las investigaciones socializadas en los encuentros de ALAS demostraban los efectos más perniciosos del neoliberalismo, un nuevo ciclo de luchas se generó para denunciar sus efectos y construir alternativas. El levantamiento zapatista en Chiapas en 1994, las movilizaciones indígenas en los países andinos, las luchas contra el Área de Libre Comercio de las Américas, el Foro Social Mundial y tantos otros espacios de articulación y de protesta potenciaron procesos de transformación, desalojando la narrativa hegemónica del “No hay alternativas” y estimulando un giro político en la región. En el terreno gubernamental, emergió un ciclo progresista que, en los últimos años, ha sido desplazado por un proceso de derechización que, en varios casos, se apoyó en nuevos formatos de golpes de Estado.

A lo largo de sus siete décadas, ALAS ha acompañado, por lo tanto, los múltiples conflictos y derroteros de América Latina y el Caribe, bien como las transformaciones por las que ha pasado el pensamiento sociológico. Lejos de ser un actor pasivo o un observador externo, nuestra Asociación ha buscado siempre generar diálogos continentales, producir conocimientos socialmente relevantes y plantear (y visibilizar) alternativas a los más imperiosos desafíos. En este nuevo momento de inflexión histórica nuestra posición no será diferente. De hecho, muchos de los retos que nos han marcado siguen vigentes hoy: consolidar la paz en la región, combatir la desigualdad social, desmontar las estructuras coloniales, patriarcales y racistas, bien como defender las universidades públicas, la libertad de crítica y la integridad de las comunidades de científicos sociales ante las amenazas e intimidaciones. 

El actual momento exige, sin embargo, ir más allá e incorporar también nuevas agendas y propósitos: diversificar los formatos de intercambio y de divulgación científica, ampliar los diálogos disciplinares y de saberes, provocar controversias creativas, construir espacios más permanentes de formación y de trabajo colectivo a nivel regional. Asimismo, es fundamental acompañar las/os protagonistas de propuestas de otros futuros posibles, encarnadas hoy principalmente en los movimientos ecologistas, feministas, juveniles y en aquellas/os que luchan por defender los territorios. Aspirar a un futuro más justo y digno es el mejor homenaje a nuestra historia y, por eso, desde ALAS nos comprometemos con los pueblos y con la academia a seguir impulsando una sociología que no solo aporte a la comprensión de nuestras sociedades, sino que promueva también su transformación social.

 

Comité Directivo de ALAS, 7 de Septiembre de 2020

 

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