LA NECROPOLÍTICA DEL CAPITALISMO NEOLIBERAL: HACIA REPÚBLICAS COMUNITARIAS DE VIDA

LA NECROPOLÍTICA DEL CAPITALISMO NEOLIBERAL:

HACIA REPÚBLICAS COMUNITARIAS DE VIDA

Jaime Ríos Burga

A la memoria de los jóvenes Inti Sotelo Camargo y Jack Bryan Pintado Sánchez por su lucha y sueños de construir una sociedad democrática de vida.

 

El mundo vive hoy un proceso de transición histórica de crisis y bifurcación donde el capitalismo neoliberal occidental busca por un lado consolidarse y los pueblos y sociedades construir proyectos de democracias reales de vida.  En este escenario global nos preguntamos: ¿Por qué el capitalismo y los gobiernos neoliberales desangran y fragmentan las sociedades desencantando día a día el mundo de la vida?

El capitalismo occidental profundiza su crisis civilizatoria del ser, el saber y el poder. Crisis múltiple que recorre multidimensionalmente todos los aspectos de la vida individual y colectiva. América Latina y el Caribe en su dependencia no es extraña a esta situación en cada uno de nuestros países. Vemos como principalmente en Chile, Perú, Colombia, Brasil,  Uruguay, Panamá, República Dominicana, hay una precarización de la vida y el trabajo, profundización de la desocupación, privatización y corrupción de la política, incremento del consumismo y aceleración de los estragos del cambio climático. Ante estos procesos los movimientos sociales y personas en las redes sociales levantan propuestas de reforma y transformación económica, social, política, cultural y el nuevo mundo de la tecnociencia . Voces que se expresan en dos almas: Un discurso y lucha por la democratización real de la vida; y, otro, por la imposición de modelos de poder autoritarios y/o fascistas.

La/os jóvenes en su mayoría rechazan éste último  discurso como Imaginario y práctica cuestionando el orden existente. En sus sueños e identidades buscan construir verdaderas organizaciones democráticas de vida en las que se respeten los derechos de todos y deberes personales y sociales en el que prime la igualdad, la libertad y la solidaridad en la unidad de sus diferencias.

Los jóvenes del Perú son un ejemplo saltante de este cambio histórico cultural y político generacional. Alzan su voz señalando: “Se metieron con la generación equivocada. Nosotros sí tenemos memoria”; “Somos los de abajo, vamos por los de arriba”; “Nueva Constitución. Fuera ratas. Que el privilegio no te nuble la empatía”; “El peor enemigo de un gobierno corrupto es un pueblo culto”; “Por un nuevo Perú”; “Perú te quiero, por eso te defiendo”; “El Perú se respeta nos tienen miedo”. Lemas o grafitis coincidentes con los que leímos en el movimiento juvenil reciente en Chile: “Nueva constitución”; “El error fue pensar Q´ lo que Había era paz, cuando la verdad era un terrible silencio”;  “Esto se borra sus balas no. Cuídate y resiste”; “Chile despertó”; “Paco asesino”; “Resiste Chile”; “Nos tienen miedo porque no tenemos miedo”; “Piñera asesino”.

Crisis terminal del ser producto de la cultura individualista del capitalismo financiero neoliberal y su política privatizadora. Modelo que se recrea todavía bajo el imaginario del sueño “americano” de un Estado nación patriarcal. Una república de ciudadanos machista que se agota día a día ante los nuevos procesos de democratización presentes en la vida social. Como destacan los movimientos sociales en América Latina y el Caribe la/os jóvenes,  el movimiento popular, la clase media, la/os géneros, las generaciones, entre otros agrupamientos, denuncian el impacto asimétrico del modelo neoliberal visibilizando la urgencia de resolver los problemas esenciales de alimentación, trabajo, vivienda y ocio.

Crisis de horizonte de sentido del ser que unido a las crisis del saber muestran el carácter de la propia racionalidad del orden capitalista patriarcal que busca naturalizar su modelo cognitivo neoliberal privatista como pensamiento único monopolizando y controlando la vida como biopoder. Un discurso que no dialoga ni reflexiona, sino que ideologiza su acción de poder;  y bajo un modelo homogeneizante en una competencia de un supuesto “mercado meritocrático” impone dictatorialmente su modelo de racionalidad cognitiva negando lo que el maestro Orlando Fals Borda señalaba: La defensa de un conocimiento vivencial útil. Por el contrario, centraliza sistemáticamente los conocimientos al servicio del capital financiero y capital cognitivo en dinámicas cada vez más crecientes de nuevas desigualdades y exclusiones.

Pero, la presente crisis raigal  toma cuerpo en su sentido más profundo en su propia racionalidad política del patrón histórico de poder capitalista moderno/colonial. Modelo sustentado en la legitimidad de la teoría de Thomas Hobbes de un estado patriarcal jerárquico donde el “Leviathan” ordena la vida social desde la violencia Estatal. Y, el modelo político de John Locke en un individualismo también patriarcal que naturaliza la idea de la libertad en un mercado de individuos egoístas. Estos sentidos de individuación exacerban junto a las crisis del ser y el saber,  la crisis del conjunto del sistema y de las identidades individuales y colectivas el cual piensa reformar el nuevo capitalismo cognitivo en una creciente soledad individualista que mata la vida.

Ante esta crisis raigal los jóvenes del mundo y de nuestro continente presienten y cada vez más quieren construir un nuevo horizonte de sentido histórico de civilización universal de vida. Horizonte que desde lo público y lo privado social den solución a sus problemas cotidianos en libertad, igualdad, fraternidad y felicidad. Comprenden que el modelo privatista de Estado y gobierno neoliberal no resuelve los problemas de la vida , por tanto, tiene que cambiarse. Experimentan que sus políticas conducen a la creciente separación entre Estado, gobierno y sociedad precarizando día a día sus condiciones de vida en una creciente destrucción del planeta.

Los jóvenes se preguntan: ¿Cabe legitimar y consolidar un Estado y gobierno que solo beneficia a unas pocas corporaciones o plantearse el desafío de construir nuevas relaciones sociales entre vida, sociedad, mercado y Estado?

La república neoliberal destruye todo tejido social; para consolidar su poder recurre a la violencia global cada vez más generalizada. Por su visión privatista, el neoliberalismo está incapacitado de resolver los problemas acuciantes en nuestros países y la humanidad toda. Ante esta situación, como nos muestra la experiencia de Chile, solo cabe convocar a una Asamblea Constituyente que construya un nuevo pacto social al servicio de la vida.

Un pacto histórico donde los principios fundadores de la república liberal y neoliberal por su individualismo privatista den paso a un nuevo sistema de estado y de gobierno que una lo público y privado social como repúblicas comunitarias de personas solidarias de vida en la unidad de sus diferencias. Repúblicas comunitarias que ante los riesgos globales y problemas estructurales presentes en nuestros países den sentido colectivo e individual a la vida de nuestros pueblos y sociedades.

Un nuevo modelo societal y político de democracia participativa y representativa de los pueblos en sus diferentes ecosistemas unidos a una nueva concepción de la ciencia y educación de excelencia, que den sentido a la creación de nuevas organizaciones inteligentes al servicio de la vida. Un nuevo orden donde nuestros pueblos y sociedades integren democráticamente lo público y privado social a sus espacios glocales y donde el mérito colectivo sirva no a unos pocos sino a la vida de nuestros pueblos y sociedades bajo modelos sostenibles totalmente diferentes al modelo neoextractivista y de biopoder hegemónico.

A diferencia del modelo republicano euroestadounidense que se construyó en base a la violencia y colonización del mundo en sus vertientes estatista e individualista, el nuevo horizonte de sentido histórico plantea a la humanidad toda y a nuestros pueblos y sociedades construir repúblicas comunitarias solidarias e interdependientes. Donde como destaca Castells afirmemos un cambio de mentalidad, “el reset más profundo es el que está habiendo en nuestras mentes, en nuestras vidas. Otra forma de vivir, otra cultura, otra economía”. Porque todo quien se considere humano reflexivo sabe que la crisis raigal de la modernidad/colonialidad por su individualismo egoísta no resolverá los profundos problemas de la vida; por el contrario, los profundizará día a día.

En síntesis, solo el diálogo y liderazgo colectivo desde democracias de vida que recuperen los saberes y prácticas de nuestras ricas tradiciones civilizatorias afirmarán las nuevas organizaciones dando sentido y calidad de vida a nuestros pueblos y sociedades, a las personas en comunidades de vida. Una nueva civilización transcultural donde los proyectos comunitarios, regionales, nacionales y de integración mundial encanten la vida en igualdad, libertad, solidaridad, felicidad, comunidad y diferencias uniendo lo que la modernidad/colonialidad separó: lo verdadero con lo bueno y lo bello.

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